La
luz que se desprende de estas pantallas decoradas con elementos vegetales
deshidratados, así como por figuras talladas que van desde las más básicas y
sutiles, hasta las más complejas y minuciosas, relaja el cuerpo y estimula la mente
y la sensibilidad, además de sugerirnos que el interior de nuestras salas y
aposentos puede ser mucho más que un escenario formal y estático. Es que al
retornar a nuestros refugios habitacionales después de un intenso día de
trabajo, nuestros organismos nos piden reducir la agresividad de los sistemas
de iluminación convencionales, para que la difusa luminiscencia de las lámparas
Lumbela, pueda transportarnos al
universo de la ensoñación, de la meditación o del descanso pleno.
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